martes, 23 de junio de 2015

Acelerarnos.

Y tú fuiste y me miraste con esos ojos que piden guerra
y esa sonrisa que dispara flechazos cual cupido,
me tocaste el hombro y pase de 0 a 100 en dos latidos,
fundí el cuentakilómetros,
te tome todas las direcciones prohibidas
sabiendo que allí estaban tus curvas.
Nos pasamos de revoluciones,
sobre calentamos el motor y
llenamos de humo la habitación.

No me dí por vencido
y metí la ultima marcha
para ser el primero en ver
la bandera a cuadros en tu ventrículo derecho.

La verdad es que fuimos culpables de conducción temeraria
por acelerarnos demasiado pisandole a nuestros sueños.

Y entonces con tanta velocidad,
con tantas revoluciones,
con tanto llevarnos al limite,
te acabaste rompiendo como lo haría cualquier Mercedes

Era tarde, pero entonces aprendí a leer primero las instrucciones,
era tarde y aun así leí a Salem para ver si Carlos podría arrancarnos,
era tarde pero fue entonces cuando me di cuenta de la linea discontinua
cuando trataba de adelantar a mis rivales,
la verdad es que era tarde pero me di cuenta
que si la dirección es prohibida quizás lo mejor sea buscar otra calle

No sé si es la mejor de la metáforas,
pero yo también estoy pagando lo que debo a base de letras
aunque estas estén en formato poesía

@RubenCalvo8

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