miércoles, 16 de diciembre de 2015

Playas.

Y lo que más me acojona
es cuando el pasado se pasa de frenada,
cuando llega a tu puerta derrapando
y con las ruedas humeando.

Necesito una dosis de tu miedo,
que me vuelvas a querer a medias,
necesito que me destroces,  
que me vuelvas a arrastrar con tu marea.

Y es que, 
cuando creo que he encontrado otras cosas,
llegas tú por la espalda,
y entonces,
me deja de interesar mirar hacia el frente.

Supongo que es algo así,
como estar en la pirámides
y mirar hacia el desierto.
Imposible, me refiero.

Como imposible es que
esos viejos sueños disfrazados de nuevos
no enloquezcan con el sonido de tus zapatos.

Hoy he querido gritar tu nombre,
y al final me he quedado mudo.

Mudo porque las ganas se desgarran,
mudo porque el querer a veces no basta,
mudo porque no soy  parte de tu alianza.
Mudo porque todos los cosas amargan
salvo naufragar en tus  playas.

Supongo, que cuando más manos
se necesitan para remar y llegar a tierra,
es cuando más gente se baja del barco.

Y  claro así me pasa,
que el resto de playas se quedan ahí,
olvidadas.

@RubenCalvo8

miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿A que suena Diciembre?

Enero suena a una nueva oportunidad,
Febrero a que los sueños se mueren de frió,
Marzo suena a desabrochárse la chaqueta,
Abril a la plenitud de la primavera,
Mayo a ser el primero en colocar la sombrilla.

Y así podría seguir describiendo el sonido de los meses del año,
pero a mí no me gusta la Navidad,
y mucho menos el ruido de Diciembre.

Porque Diciembre suena a la desilusión de 11 tatuajes
de los que te arrepientes y a una única oportunidad
para dibujarte algo inolvidable.

Suena a gente que no sabe lo importante no es volver
si no, no haberse ido nunca.

A gente que no comprende que volver por navidad
es algo que ya todos sabemos.

Suena a pensar en los propósitos del año siguiente,
sin terminar de cumplir los esté.

A prepararte para las 12 uvas,
antes de dar sentido a las 12 anteriores.

Pero  hoy me he dado cuenta de que
Diciembre también suena a los últimos deseos
antes de que salga el tipo del trineo.

A que no quedan balas en el cargador
pero si una oportunidad en la recamara.

Diciembre suena a disfrutar un rato más de esas personas
que cuando te das cuenta, ya son para siempre.

Al ruido del motor de quien acelera
aunque esté viendo ya los cuadros de la bandera.

Pero sobre todo, Diciembre suena a golpecitos de piedras
sobre tu ventana de quien nunca tira la toalla.

Diciembre debería sonar a ser feliz,
y aunque sea después de 11 intentos,
esperemos que él, no cese en su empeño.

@RubenCalvo8