sábado, 9 de mayo de 2015

Cartas de re-olvido.

Ya ves, hoy estoy aquí como todos los días tratando de olvidarte, o simplemente de no recordarte, aquí ando quejándome de la distancia que nos separa y dando pasos hacia atrás, reculando al compás del miedo, leyendo aquellas cartas de olvido que te escribía cuando trataba de convencerme que eso de poner puntos y finales, enriquecía la historia. Pero es que a quien voy a engañar, eran cartas de olvido, que ponían pasillos largos y oscuros de distancia para separarnos y que así doliera un poco menos pero ya ves, yo sigo dejando abiertas todas las puertas de emergencia posibles para ver si te apetece entrar a encender un par de velas e iluminarlo a besos.

¿Recuerdas cuando escribí sobre caminos, sobre arriesgar y complicarse la vida? Siempre he sido el chico de las metáforas, de hablar de caminos que son vidas, de piedras que son personas, complicaciones a modo de “te quieros”, de precipicios en forma de flechas perdidas de Cupido y de riesgos entre los labios. Cuando simplemente quería decirte que te quedaras conmigo, que nos escapáramos juntos a hacer de un lugar nuestro refugio de miradas indiscretas.

Aquí estoy, observando el contrato de hipoteca de esa casita que tenia a las orillas de tu mirada para los veranos o los inviernos, daba igual, allí era imposible pasar frío, joder, que caro me salió y que poco me arrepiento. Así que aquí estoy, ya ves, como todos los días recordando cómo se nos escapo de entre los dedos aquello que olvidamos firmar a besos.

Así que  ya ves, aquí seguiré llenando de metáforas las cartas de re-olvido, haber si al final encuentro esas palabras que me enseñen cómo se deja de querer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario