Dicen
que vivimos en tiempos difíciles, que no hay futuro, a veces que esto nunca
cambiara y otras que es el momento del cambio. Hoy en día nos hemos
acostumbrado a estar más pendiente de lo que sucede en Bruselas que de lo que
ocurre en París. Supongo, que es el momento de hablar de números o de
porcentajes y aunque no sé si esto de querer se puede considerar ciencia exacta,
hoy intentare escribir en datos.
Te
digo, que quiero tener el monopolio de esos besos que tan cuidadosamente te
guardas para alguien que los merezca, para alguien que te los pida a gritos
mientras te susurra al oído. Hoy no sé en qué punto está el IBEX pero la verdad
es que ni siquiera sé decirte donde está el punto de equilibrio para no tropezarme.
Comprendo que las crisis vallan por ciclos, con algunas rachas buenas y otras
malas, que ahora los créditos sean a corto plazo pero no entiendo porque nosotros
también nos empeñamos en sufrir todos los ciclos cuando lo que sentimos no
entiende de plazos. También, creo que se ha quedado obsoleto eso de la oferta y
la demanda, que aquí cuanto más quieres, menos obtienes, otro mar arruinado por
la belleza de sus playas supongo. Además pienso, que es muy complicado
encontrar la eficiencia entre los besos dados y los robados, que lo que tú y yo sentimos es como la
relación de precio y sueldo, nunca subirá de la misma manera.
Como
ya ves hoy pienso y creo demasiado, pero lo que si te diré seguro es que si el
amor es el dinero del que siente, aquí mejor que no se emita más moneda.
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