o más bien es que no sé
cómo explicarte.
Que no sé dejarte de sentirte
como el todo de mi nada.
Haces que todos los días sean malos
para dejarte y todos buenos para quedarme.
Tú sigues con tus tormentas,
sin cambiar el rumbo
y yo viro el barco y me voy,
viro el barco y regreso,
echo el ancla y me quedo en el sitio,
abro las velas para alcanzarte cuanto antes,
me hundo y vuelvo a flote.
Todos los días me parecen perfectos
para hacer una tregua de las nuestras,
para parar un poco, para atracar en un puerto
a repostar con un par de sonrisas,
para decirnos un poquito más eso
de que estamos locos de remate,
pero es que fue así, a base de treguas,
como la liebre se dejo ganar por la tortuga,
y ya es hora de que llegue el primero en algo,
aun que sea en eso de olvidarte.
@RubenCalvo8
No hay comentarios:
Publicar un comentario