martes, 28 de julio de 2015

Domingos de catástrofes.

Hoy no quedan sueños
que dejar para los domingos.

Se han agotado las palabras
que guardaba en el cajón de mi escritorio,
ya no quedan ni las sobras
de aquellas lunas llenas de poesía.

Hace tiempo que el vigía no avista un barco,
con el que hundirme e irme al fondo
hace tiempo que no me siento perdido en sus naufragios.

Soy las ruinas de una ciudad
sucumbida por el magna
que brotaban de sus labios.

Era una ciudad fronteriza
en tiempos de guerra de las
que siempre te mantiene alerta al cielo
para que no pillen por sorpresa sus bombarderos.

Las sirenas que a Ulises le cantaban,
el momento antes de que Pompeya cayera,
los escombros de Alemania después de tanta guerra.
Todo eso era.

Era una catástrofe,
y aun así, con ella,
hasta los domingos me apetecían.

@RubenCalvo8

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